¿Por qué debemos conservar nuestro niño interior?



Con el pasar de los años, se van adquiriendo nuevas experiencias y sufriendo transformaciones tanto físicas como psicológicas y llega un momento donde no recuerdas ni lo más mínimo lo que significó para ti ser un niño.

Sin importar la edad que poseas y de la realidad en la que te encuentres, debes cuidar el niño que hay en tu interior por las siguientes razones: 

“Te hará más creativo”

Cuando crecemos para destacarnos dignamente en cualquier área de la vida debemos ser auténticos y eso nos lo proporciona nuestro grado de creatividad, si no la encuentras, recuerda que tan lejos de llevo tu imaginación cuando eras un niño.

“Aprecias lo más mínimo de la vida”

¿Recuerdas la alegría de recolectar mariquitas? ¿Recuerdas también cuando el arcoíris y lo fuegos artificiales te causaban la mayor de las emociones? Cuando crecemos, también aumenta con nosotros las ambiciones y claro, no está mal querer más de lo que tenemos, lo que si te recuerdo es que aunque esté buscando más, aprecia también lo poco o mucho que tienes ahora.

“No guardas rencor en tu corazón”

Cuando éramos niños y nuestra madre nos regañaba, a los minutos ya estábamos abrazándola y buscando su cariño como si nada hubiese pasado, porque como niños no conocemos el odio y mucho menos el rencor, solo uno actúa según lo que ha aprendido hasta ese momento

Perdonar y pedir perdón como un niño nos hará libres y sobre todo, nos permite siempre volver a empezar para ser mejores.

“Ves lo mejor de las cosas”

Un niño siempre piensa en la alegría y la diversión que le puede extraer a cualquier momento y lo mismo deberíamos hacer cada vez que nos ocurre algo que no nos gusta, mirarle el lado bueno a las cosas, porque recuerda que no hay nada tan malo que no tenga algo bueno.

“Te permites amar sanamente”

Como niño tenemos el corazón limpio y espacioso para ubicar a las personas que decidimos amar sanamente, cuando se ama de esta manera, hay amor para todos.

 Un niño demuestra sin duda alguna que nacimos para amar, por el hecho de que en el momento del nacimiento tanto la madre como su criatura experimentan un amor para el que nadie se prepara, solo ambos lo sienten. Cuando olvides como amar de verdad, recuerda el amor que habitaba en ti cuando eras niño.

La edad no es un impedimento para cuidar nuestro niño interior y mantenerlo es mucho menos un signo de inmadurez porque todos en algún momento hemos experimentado una alegría diferente que rompe la rutina cada vez que recordamos algo de nuestra infancia.



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